El mundo laboral trae una multiplicidad de desafíos, gratificaciones y estrés. Hemos escuchado a muchas personas como disfrutan lo que hacen, y otras que si bien disfrutan lo que hacen, no se sienten cómodos con el clima laboral. Cuando el displacer es demasiado, se abren distintas opciones: Seguir en las mismas condiciones, lamentándose y haciendo más de lo mismo, lo que puede traer un correlato de consecuencias biológicas. Reubicarse de empleo, teniendo presente que en cualquier trabajo podría ocurrir algo similar y que seguirá huyendo. O buscar en sí mismo las potencialidades, que se tienen para hacer frente al contexto adverso, las habilidades profesionales e interpersonales para salir adelante. Pero qué pasa si teniendo tantas potencialidades, no logramos apreciarlas, y nos quedamos con la visión pesimista de túnel? Es que hemos decidido abocar toda nuestra energía y esfuerzos en la queja y en lo catastrófico de la situación, y nada en la búsqueda de soluciones….